“Aprendí a darle tiempo a mi hijo” – mayo 30 2022

Entre el trajín del trabajo y las tareas de casa, Ana Cristhian Lovo, no se detenía a darle un abrazo o un beso a su pequeño hijo, no por falta de afecto, ella pensaba que el amor lo demostraba a través del esfuerzo de garantizar ropa, alimento y educación, trabajando de sol a sol. Priorizaba la cantidad antes que la calidad.

Todo lo que creía cambió desde hace cuatro años cuando se integró a las sesiones de orientación familiar que brinda Aldeas Infantiles SOS. Recuerda que el camino no fue sencillo, su hijo, en ese momento de un año de edad lo ingresó a otro centro de atención y empezó a notar que no quería ir, lloraba.

“Mi ilusión era que estuviera acá en Aldeas Infantiles SOS, en el segundo año lo logré, noté un gran cambio en mi hijo, él era miedoso, le daban miedo las personas, era muy tímido, pero aquí no, se sentía alegre”, cuenta Ana Cristhian.

Ella considera que el ambiente, las emociones y el amor que le dan las facilitadoras/es de Aldeas Infantiles SOS a las niñas y niños es clave, contribuyeron a su fortalecimiento integral.

Pero no solo su hijo tuvo cambios significativos, con las sesiones de orientación familiar Ana Cristhian se fortaleció como madre gracias a la oportuna información recibida sobre crianza positiva y reconocimiento de las emociones.

Una de las debilidades que Ana Cristhian reconoce que tenía era la falta de tiempo por el trabajo, con las sesiones se dio cuenta que tenía que volver a criar a su hijo, dedicarle espacio y atenciones necesarias y que en la vida no solo el trabajo y lo material es lo importante.

Con las sesiones de orientación familiar Ana Cristhian descubrió el poder que tienen los abrazos. “Yo amo a mi hijo, pero no se lo decía, lo adoraba, pero no se lo decía con un beso, un abrazo y las sesiones me ayudaron a ser más amorosa y a saberle llegar, claro que ahora yo reparto mi tiempo, le doy tiempo a él de calidad, el tiempo de calidad no es con el teléfono o estar con él y con otra persona, la calidad es atenderlo, escucharlo, ponerle atención y esto ayuda también a que los niños se sientan amados”.

Cuatro años después, el hijo de Ana Cristhian está en primer grado, logró vencer la timidez y sus miedos, es independiente y detallista, ella egresó del programa de orientación familiar, ya no piensa solo en trabajo “Aprendí a darle tiempo a mi hijo”.

Por: Jessie Ampié                                                                                                                                  Coordinadora Nacional de Comunicación                                                                                       Aldeas Infantiles SOS en Nicaragua                                                                                                          comunicacion@aldeasos.org.ni